Terapia a través de la Arquitectura

Heidegger, en su libro "Ser y Tiempo", plasmaba un interesante discurso ideológico:

"Ser en el mundo", implica que el hombre no es un ente aparte del "todo", al contrario, nunca se encontrará aislado, ya que su sola existencia propone una relación directa con el entorno. La cotidianidad se basa en poder habitar como unidad, pero en una inevitable coexistencia diaria con nuestro medio.

Tenemos la certera visión, que el entorno y el ser, no tienen que padecer la arquitectura, si no, al contrario, deben ser parte de ella en un constante intercambio entre función, forma y sensaciones.

La arquitectura no debe ser solo un hecho presente si no, también, un tema con visión de futuro, asumiendo los cambios de una ciudad, de una sociedad, donde debe responder satisfaciendo las necesidades de habitabilidad, creando, acercando y poniendo en contacto al ser con su entorno, y generando sensaciones cotidianas.

De este modo las personas podrán "ser" en armonía con el entorno, y el entorno favorecerá el desarrollo del "ser".

La arquitectura interior y la psicología son disciplinas muy distintas pero, en algún punto de sus estudios llegan a tener cierta interacción una con otra. En la arquitectura interior se encargan de crear y construir espacios con sentidos, y de acuerdo con las necesidades humanas; y por otra parte, la psicología estudia aspectos de la personalidad, el consciente, el inconsciente, el funcionamiento del cerebro en cuanto a percepciones y emociones

Encontramos en estas dos disciplinas un sentido en común: servir a la comunidad.
La arquitectura interior debe tener un impacto de gran importancia en las personas a través de los sentidos, se apoya en la percepción para llegar a provocar sensaciones en los habitantes de cada espacio, este es el punto en donde los colores, las texturas, las formas, los espacios, los ambientes, los tamaños, la luz, son algunos elementos que tenemos en cuenta, en la creación de espacios.
La psicología, juega un papel importante en este punto, porque es donde valoramos la clara influencia emocional que proviene de las percepciones táctiles, visuales, auditivas y olfativas dentro de un entorno, de una arquitectura en concreto.
Por tanto, podemos utilizar la arquitectura como medio de terapia para generar estímulos buscados: el cuerpo humano es el instrumento más sensible que existe para captar las energías.

Esto es algo que saben bien los practicantes del feng shui, el cuàl podemos considerar como la acupuntura de los edificios
¿Qué diríamos si una de las partes importantes de la terapia para la anorexia o para la fatiga crónica, residiese en la creación de un "hogar" con unas características determinadas? y para la depresión? y para la enfermedad de Alzheimer?...diríamos que los ambientes confortables son positivos en cualquier situación y sobre todo, para personas que padecen enfermedades.
Pero ¿y si utilizásemos los conocimientos que parten del arte como terapia, reunidos en un mismo espacio? Entonces…hablaríamos de la terapia a través de la arquitectura.
Cuando decimos hogar, nos referimos a nuestra casa, pero también a nuestro lugar de trabajo, a un espacio wellness…lugares que pueden formar parte de nuestra vida diaria. Podemos considerar los espacios, un territorio de experimentación e interacción con nuestro aspecto físico y psicológico.

Sobre el nuevo Curso Feng Shui, armonización de espacios de hoteles y spas a través del feng shui