Los productos cosméticos ecológicos (o biocosméticos) certificados son más eficaces a la hora de aportar confort y prevenir las intolerancias cutáneas que son, hoy en día, el mayor riesgo asociado a la utilización diaria de los productos cosméticos. ¿Por qué? Porque la certificación controla rigurosamente el uso de sustancias químicas. Así, impide que el consumidor exponga su piel a sustancias que tienen un alto potencial de sensibilización, capaces de provocar alergias y reacciones cutáneas.