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Princesa Yaiza Hotel un Thalasso Center para nuestro sosiego interior. Parte III
Junto al color de los volcanes
Y en la plenitud de la naturaleza
Y si hablamos de la espectacularidad de esa obra qué decir del Princesa Yaiza Suite Hotel. Situado en Playa Blanca, al sur de Lanzarote, con preciosas vistas a las vecinas islas de Lobos y Fuerteventura, justo enfrente de Playa Dorada, de fina arena blanca, y a escasos metros de la reserva natural de las playas de Papagayo, donde disfrutar durante todo el año de un clima y un entorno perfectos que harán las delicias de los visitantes.
Junto al hotel y en primera línea de playa se encuentra el Thalasso Center Princesa Yaiza que cuenta con grandes espacios donde se distribuyen las dependencias que albergan las distintas técnicas, ya sean húmedas, secas o de belleza.
El centro de talasoterapia moderno y funcional, cuenta con todo tipo de técnicas. La instalación protagonista es el circuito "Mil y una noches", una piscina de agua de mar, a 34º de temperatura que permite disfrutar del cielo estrellado evocado en la decoración de su techo, música subacuatica, cromoterapia, recorrido flebológico, chorros de hidromasaje y cuellos de cisne para relajar cada parte del cuerpo. Ofrece además 50 cabinas de tratamientos húmedos y secos, salas de relajación, sala de Té, saunas y baño turco aromatizado. Un autentico espacio de placer para los sentidos.
El Mirador del Río está situado en el cabo norte de la isla y ofrece una vista privilegiada de la zona que comprende el archipiélago Chinijo (islas de la Graciosa, Montaña Clara, Alegranza, Roque del Este y Roque del Oeste). César Manrique, que mandó hacer una excavación en el monte, construyendo en la hondonada un restaurante, y puso dos cúpulas en ese gran espacio, sobre las que se echó tierra creciendo después la hierba sobre ellas. El mirador ofrece variados puntos para la observación del paisaje: el ventanal circular del interior situado frente al mar; el pasillo exterior que rodea la edificación y la terraza superior que lo corona, a la que se accede desde una escalera de caracol. Armonía de espacios y volúmenes.
