Limón, Jengibre y Ajo, y lo que tienen en común
Limón, Jengibre y Ajo: ¿alimentos eficaces contra las células cancerígenas o un fake?
Alimentos funcionales, conocidas ya desde la fitoterapia tradicional de las antigüas civilizaciones.
La naturaleza ofrece una gran variedad de alimentos que actúan como protectores frente al cáncer. La dieta no es determinante para evitar completamente la aparición de esta enfermedad, pero contribuye notablemente a reducir los riesgos.
El cancer es un enfermedad presente a nivel mundial que se relaciona con la interacción de factores genéticos, hormonales y de hábitos de vida no saludables como el consumo de tabaco o el alcohol, tensiones emocionales y también, una alimentación inadecuada.
Hoy en día existen evidencias científicas de alimentos con propiedades anticancerígenas, denominados alimentos funcionales, con compuestos bioactivos que tienen actividad biológica dentro del organismo, lo cual se traduce en beneficios para la salud
Algunos de estos compuestos, poseen gran capacidad antioxidante que evitan el crecimiento y la proliferación de células tumorales, como son los índoles presentes en las coles; la vitamina A de la zanahoria o el melocotón; los flavonoides de los cítricos, piña o pera; el licopeno del tomate, sandía o fresas; la presencia de antocianinas y fenoles en uvas, ciruelas o berenjenas, y el alto contenido en luteolina de lechuga, melón o espinacas. Cereales integrales, frutas y verduras tienen propiedades anticancerígenas.
Se ha demostrado que el jengibre tiene importantes efectos inhibidores sobre el crecimiento de las células cancerígenas
Dentro de estos alimentos funcionales cabe destacar el ajo, el jengibre y el limón por sus cualidades terapeúticas, conocidas ya desde la fitoterapia tradicional de las antigüas civilizaciones.
El jengibre es una raíz, un tallo subterráneo (rizoma), que siempre se ha utilizado como especia y se puede usar fresco, en polvo, seca, o como un aceite o zumo. El jengibre es parte de la familia Zingiber officinale, al Igual que el cardamomo y la cúrcuma. Hace aproximadamente 2.000 años, el jengibre se exportó desde la India hasta el Imperio Romano, donde se convirtió en una especia muy valorada por sus propiedades terapéuticas y culinarias.
La Universidad de Michigan ha realizado exitosos estudios sobre los efectos del jengibre sobre el cáncer múltiple, especialmente para el tratamiento de cáncer de colon, habiéndose comprobado sus beneficios para la desinflamación de estos cuadros y su prevención.
El uso del jengibre prácticamente no tienen efectos secundarios en el organismo; en lugar de acelerar el crecimiento de los tumores malignos, se ha demostrado que el jengibre tiene importantes efectos inhibidores sobre el crecimiento de las células cancerígenas de la próstata, por ejemplo.
Los efectos protectores del ajo derivan de sus propiedades antibacterianas
El ajo, por su lado, se le considera un vegetal (Allium sativum) que pertenece a la clase Allium de plantas bulbosas, las cuales también incluyen a las cebollas, los cebollinos, los ajos puerros y las cebolletas (cebollín, cebollinas o cebollas de verdeo). El olor y el sabor característico del ajo proviene de los compuestos de azufre formados a partir de la alicina, el principal precursor de los compuestos bioactivos del ajo, los cuales se forman, cuando las cabezas de ajo se cortan, se pican o comienzan a deteriorarse.
Lo podemos encontrar en aceite esencial, macerado en aceite, en polvo y en extracto seco.
Los efectos protectores del ajo derivan de sus propiedades antibacterianas, o de su capacidad para bloquear la formación de sustancias, que pueden causar el cáncer u otras enfermedades degenerativas; así mismo, mejora la reparación del ADN y reduce la proliferación celular.
Los propiedades anticancerígenas de la combinación ajo y jengibre, se han comprobado por medio de investigadores en Nueva Zelanda, quiénes han demostrado que el consumo de ambos ingredientes genera la producción de una serie de enzimas, que combaten cualquier tipo de cancer. Hace miles de años en India, se consumía una pasta hecha a base de ajo y jengibre, para aportar un gran sabor a la comida, pero al mismo tiempo, que proporcionaba al organismo un gran poder sanador.
Ambos ingredientes además, poseen propiedades analgésicas y anti inflamatorias; un estudio de la Universidad de Shahid Vestí puso en relieve la potencia analgésica del jengibre, considerándola muy superior a algunos medicamentos, como el ibuprofeno o el àcido mefenámico, en los dolores causados por el síndrome premenstrual o las migrañas, por ejemplo.
No podríamos hablar del ajo, sin nombrar el tan afamado ajo negro. Este tipo de ajo, que actualmente goza de la apelación de superfood en el mercado, por sus innumerables propiedades como potente antioxidante, estimulador del sistema inmune, regulador de los niveles de glucosa y colesterol en sangre, además, posee un efecto anticancerígeno superior al ajo blanco. Este ajo negro, resulta de la fermentación en agua marina del ajo blanco fresco, durante 60-90 días; tiene una textura suave, tierna y su olor es agradable, con gusto a mora confitada
El limón, por su parte, ha sido apreciado desde la Antigüedad por sus potentes propiedades depurativas
El limón, por su parte, ha sido apreciado desde la Antigüedad por sus potentes propiedades depurativas. Es el fruto del limonero, un árbol de origen asiático y extendido actualmente a la mayoría de los países.
En cuanto a minerales, contiene especialmente potasio, calcio, magnesio, fósforo y azufre, y respecto a sus vitaminas destacamos la vitamina C y los Bioflavonoides ( que abundan más en su piel que en su jugo¡). La tangeritina y los limonoides pueden detener la formación y el crecimiento de células cancerígenas. Una forma ideal de consumirlo es a través de infusiones tibias de limón o bien licuado junto con piel y pepitas.
Por tanto podemos considerar que el consumo tanto de jengibre, como de ajo o limón, contribuye a proteger nuestro metabolismo, de posibles alteraciones que desencadenen un proceso tumoral.
Cabe destacar ciertas precauciones en dicho consumo, puesto que, como decía Hipócrates, que "el alimento sea tu medicina", pero al mismo tiempo, podemos afirmar que "la dosis diferencia a un veneno de una medicina", como señalaba, Paracelso.
Con respecto al jengibre, conviene evitar su consumo en los casos de embarazo y lactancia, ulceraciones e inflamación del sistema digestivo, así como cuando se sufre de piedras en el riñón o vesícula. Con respecto al ajo, evitar su consumo en el embarazo en forma de suplementos, en cualquiera de sus formas si se va realizar una intervención quirúrgica, por su riesgo a hemorragias, si se sufre de hipoglucemia, porque disminuye los niveles de glucosa en sangre, y sobre todo si se padece de úlceras gastroduodenales.
En el limón, podemos añadir que su piel, como la de la lima, posee una alta concentración de oxalatos, lo cual inhibe la absorción intestinal del calcio, y puede llegar a provocar la formación de cálculo renales o biliares ( siempre deben consumirse con certificación biológica ).
Con respecto a la alimentación anticancerígena, como el dice el Dr Alberto Martí Bosch: "Seguir una alimentación alcalina es probablemente la única manera de prevenir y curar un cáncer, sin dejar de lado el factor emocional, el cuàl es también determinante". Si tenemos acidez corporal, proveniente de una dificultad en la eliminación de residuos metabólicos celulares (toxinas) y/o exceso de desechos ( a causa de la contaminación, mala alimentación, estrés emocional, etc…), nuestro sistema inmunitario perderá efectividad y el funcionamiento celular comenzará a fallar, lo cual da pie a un terreno fisiológico, propicio a las enfermedades, entre ellas al cáncer, como dijo el premio nobel, Dr Otto Warburg.