La cultura termal de Cantabria tiene en la tradición su mejor aliado.

Esos retazos de historia han quedado impregnados para siempre en los actuales edificios termales y en cada rincón de los mismos se palpan experiencias ligadas al empleo saludable de las aguas mineromedicinales en el pasado.

Cantabria cuenta con una treintena de fuentes terapéuticas, de las cuales sólo seis disponen de instalaciones balnearias en la actualidad. Puente Viesgo, Solares, Liérganes, Alceda, Caldas de Besaya y la Hermida son manantiales de aguas curativas en cuyas proximidades se han levantado modernos establecimientos para el disfrute de las mismas.

Entre reformas y nuevas aperturas, el alojamiento termal en la región se caracteriza por la innovación y la modernidad en cuanto a tratamientos e instalaciones. Buena parte de los edificios se han levantado o mejorado en la primera década del siglo XXI y prácticamente toda la oferta se aleja del concepto de ostentación y exceso, tan presente en otras áreas españolas.

Alojamientos dignos y honestos donde el protagonismo lo tienen las aguas y sus propiedades benefactoras; instalaciones y circuitos de gran calidad que incorporan tratamientos únicos en la península, desconocidos para muchos aficionados a este tipo de turismo; elementos decorativos sencillos que no restan relevancia a los grandes valores de la zona, la naturaleza y el paisaje cántabros, dos imágenes que se cuelan a través de los grandes ventanales que enmarcan la estructura de algunos balnearios de la provincia. En definitiva, rigor y compromiso con el bienestar desde la autenticidad.

El lujo en Cantabria se une a la elegancia y al clasicismo. Sus hoteles de alta gama recuperan el estilo inglés con tapizados florales, butacas y sillones de madera y estancias amplias con techos altos. Las telas también están muy presentes en los establecimientos de categoría media, con habitaciones y salones que disponen de alegres coordinados textiles, al igual que en las posadas, casas rurales y hosterías con spa, con acogedoras estancias, decoradas en estilo rústico.

Lo mejor de la oferta termal cántabra es la variedad real de conceptos y propuestas y la inclusión del paisaje como elemento decorativo activo en todos los establecimientos. Desde el Hotel Real Gran Lujo y Talasoterapia Spa (Santander), con instalaciones y prestaciones cinco estrellas hasta las pequeñas posadas y hosterías que han habilitado recoletos spas en los últimos años, pasando por los clásicos balnearios cántabros, la región cubre con creces el turismo saludable.