IKIGAI o el poder de encontrar el sentido a tu vida
IKIGAI o el poder de encontrar el sentido a tu vida
¿Soy feliz como estoy viviendo mi vida?, ¿Qué es lo que quiero lograr?, ¿Qué puedo hacer para alcanzarlo?, ¿Cuál es mi verdadera vocación?...
Aunque siempre es el momento propicio para escucharnos y replantearnos nuestros objetivos, parece que, con la llegada de octubre, del otoño, somos más conscientes de que el año está próximo a vencer, otro año más…
Y si, además, el año ha resultado ser especialmente duro, con mayor facilidad en nuestra mente comenzarán a surgir preguntas que tratan de hacernos mover del punto en el que nos encontramos, de despertar nuestra consciencia…
¿Soy feliz como estoy viviendo mi vida?, ¿Qué es lo que quiero lograr?, ¿Qué puedo hacer para alcanzarlo?, ¿Cuál es mi verdadera vocación?...
Casi sin darte cuenta, mientras te planteas estas cuestiones, estarás dando el primer paso, hacia la vida que siempre soñaste vivir. Pero a menos que la vida te sorprenda de golpe y te muestre el camino, para la mayoría de la gente saber cuál es su verdadera vocación no resulta una tarea fácil sino más bien todo lo contrario.
Y es así donde en Japón surge la idea del Ikigai, un método que ayuda a la persona a encontrar lo que le da sentido a su vida. Pero ¿qué significa Ikigai? y lo más importante, ¿cómo puedo aplicarlo para encontrar mi verdadera vocación?
Como decíamos, Ikigai viene del japones y podríamos traducirlo como "aquello por lo que vale la pena vivir", en la cultura japonesa consideran que aquel que ha encontrado su Ikigai podrá vivir mucho más tiempo, ya que será bendecido de ahora en adelante con la alegría de vivir, y con satisfacción interior. Este término japonés reúne etimológicamente las palabras ‘ikiru' (vivir) y ‘kai' (la materialización de lo que uno espera). Puestas juntas, sendas definiciones conforman la idea de "tener un propósito para vivir".
Lo que da sentido a la vida es, obviamente, algo muy personal, lo que puede ser idílico para una persona, puede ser totalmente opuesto para otra, e incluso habrá muchos quienes piensen que la vocación no es lo que le da sentido a su vida.
Y es posible que tengan su razón, es posible que para muchos como decíamos la vocación no sea el sentido de la vida, pero para mucho otros vivir una vida sin vocación es un sin sentido.
Cuando un día casi, por casualidad, te veas haciendo lo que realmente te apasiona, sintiendo una felicidad tan tremendamente pura, sintiendo como tu ser se elevase, como si pudiera volar, sintiendo que desde ahora ya nada será igual, verás como esa sensación de plenitud te embriaga de tal forma que toda tu escala de valores cambia en un segundo.
Te darás cuanta de que has encontrado tu misión en la vida, tu Ikigai, tu verdadera vocación, tu PROFESIÓN con mayúsculas, para lo sientes que naciste, eso que te sale innato sin apenas esfuerzo.
En ese preciso momento, tu estrés desaparecerá, ya no habrá tensiones ni malas ganas, aquello que has encontrado en tu interior, esa luz que ahora brilla cada vez con más fuerza, hará que todo se vea desde una perspectiva diferente, lo que harás a partir de ahora ya no supondrá sacrificio ni pesará, porque estarás haciendo exactamente lo que siempre has querido hacer, ni más ni tampoco menos.
Este pensamiento también parece darse en la cultura china, Confucio, filósofo chino dijo "elige un trabajo que te guste, y no tendrás que volver a trabajar en toda tu vida…"
Para los japoneses esta frase se refleja en una palabra Ikigai, y se aplica a cualquier área de tu vida, quien encuentra por lo que le merece la pena levantarse por la mañana, habrá encontrado aquello por lo que le "vale la pena vivir"
Conocerlo no es suficiente. El término no designa un comportamiento pasivo, sino propósito en acción:
Encontrar tu Ikigai es encontrar tu vocación, y como no podría ser de otra manera para la cultura japonesa, esto se consigue de forma metódica, siguiendo unos pasos sencillos en los que respondiendo unas preguntas te ayudarán a seguir el camino hacia tu Ikigai.
Materializar, empezar a escribir nuestro particular libro de la vida… Hay que pasar a la acción…
La metodología Kaizen nos permite dar pasos firmes, seguros. Pequeñas conquistas, pensamientos pequeños para nuestro gran objetivo.
Se trata de alcanzar nuestras metas a través de la mejora continua. (Planear, hacer, chequear, actuar).
¿Estás preparado para empezar tu camino? Aquí tienes las herramientas, lo demás depende de ti…
Paso nº 1 para encontrar tu vocación: ¿Qué es lo que amo?
Para encontrar la propia vocación, dicen que sólo se necesita encontrar el punto de unión entre lo que el mundo necesita y lo que se puede pagar. Pero vayamos paso a paso, empecemos con saber que te gusta sobre todas las demás cosas. ¿Por qué? Porque tu misión en la vida, tu vocación, tu trabajo y tu pasión son, todos, una misma cosa.
Así que coge un trozo de papel y escribe todas las cosas que te gustan. Estos pueden ser pasatiempos como leer o cocinar, puede ser tu familia, puede ser estar al sol. No hay restricciones en este momento, así que escribe todo lo que se te ocurra con la única condición de que sean cosas que realmente te gusten.
A veces una mirada al pasado puede ser una buena pista, porque con el tiempo olvidamos lo que realmente disfrutamos haciendo. ¿Qué te gustaba hacer cuando eras un niño? ¿Qué te hace olvidar el tiempo? ¿De qué te pasas horas hablando? ¡¡Escríbelo, no pierdas tiempo…escríbelo!!
Paso nº 2, para encontrar tu vocación: ¿En qué eres muy bueno?
Ahora se trata de escribir lo que se te da realmente bien. No hay espacio para la falsa modestia aquí. Este es un paso muy importante en el camino para encontrar tu vocación, así que presta atención y toma nota de aquello que se te da bien, da igual si es a lo que te dedicas ahora o no, sólo sabes que "eso" se te da tremendamente bien.
Desafortunadamente, nuestra autoestima está a veces tan resquebrajada que pensamos que ya no podemos hacerlo, pero no te dejes vencer, tómate tu tiempo para ello.
Intenta recordar aquello por lo que a menudo la gente te felicita. ¿Por qué obtuviste las mejores notas antes? A veces ayuda preguntar a una o dos personas de confianza que te conocen bien.
Esto suena fácil, pero en la práctica es todo un reto y requiere paciencia, así como poner a prueba la capacidad de autoevaluación.
Paso nº 3, para encontrar tu vocación: ¿Qué necesita el mundo de ti?
El mundo o la humanidad puede utilizar muchas cosas, y será bastante difícil que una misma persona puede proporcionarlas todas. Pero sí que hay cosas que sólo tú puedes hacer.
El propósito de esta pregunta es encontrar todas las cosas que pueden contribuir al bien al mundo. Eso suena como una gran responsabilidad, pero no tiene por qué ser nada grandioso.
No te preocupes ahora por cómo puedes cambiar el mundo. Piensa más en la línea de: ¿Cómo puedo hacer el mundo un poco mejor? ¿Qué faltaría si dejaras de hacerlo? Aquí también puede ayudar el preguntarte por tus propios valores. ¿Qué es importante para ti? ¿Qué te llena de significado? ¿Qué te hace sentir bien?
Paso nº 4, para encontrar tu vocación: ¿Para qué te pueden pagar?
Ahora sigue otra de las preguntas más importantes para encontrar tu vocación: ¿qué crees que puedes hacer y por lo que te pueden pagar? La respuesta más sencilla y obvia es contestar con tu actual profesión, después de todo, ya te están pagando por ello, y es un comienzo, pero hay más posibilidades…
¿Qué trabajos has hecho en el pasado? ¿Qué habilidades tienes que otros ya están usando para hacer dinero? ¿Tal vez tenga un hobby que tenga potencial de ingresos?
Paso nº 5, para encontrar tu vocación: Poner todas las respuestas juntas
Toma un gran papel y dibuja cuatro círculos del mismo tamaño en él, superpuestos como los de la imagen.
Ahora rellena todas las respuestas que has escrito antes en las secciones correspondientes.
Esta es la parte difícil: de las respuestas que has puesto, analiza y filtra las respuestas que puedan ser los puntos de unión entre cada círculo, e introdúcelas en tu dibujo en la subsección que se ha generado entre cada círculo.
Como vemos en el dibujo, el Ikigai se compone de cuatro áreas:
- Lo que realmente te gusta
- Lo que el mundo necesita
- En lo que eres bueno
- Lo que se puede pagar
Donde se une lo que realmente te gusta y lo que el mundo necesita, surge tu misión en la vida.
De la unión entre lo que el mundo necesita y por lo que la gente está dispuesta a pagar es tu vocación.
Podrás ver cuál es tu trabajo ideal, tu profesión, de la unión entre por lo que la gente está dispuesta a pagar con aquello en lo que eres bueno.
Mientras que tu gran pasión sería a su vez la unión entre aquello que se te da bien y aquello que realmente te gusta.
Y ya lo tienes, porque allí donde se conectan la misión en la vida, la vocación, la profesión ideal y la gran pasión, se encuentra tu "muy personal" Ikigai.
Es por eso por lo que cuando encuentras tu verdadera vocación en la búsqueda de tu Ikigai, estás en el camino correcto, por así decirlo.
Si te tomas un poquito de tiempo para hacer ese "mapa" te sorprenderá lo muchísimo que hacer una visualización de tus habilidades y deseos puede desencadenar, es posible incluso que al verlo representado puedas tener una idea mucho más clara sobre cuál es tu verdadera vocación…
Pero ¿Cómo alcanzar tu objetivo? ¿Cómo materializar ese Ikigai? Ver la propia vocación sólo en el papel no va a hacer que nada cambie en tu vida a menos que tras verlo tomes conciencia de lo que quieres y pases a la acción, de lo contrario, no dejará de ser más que un dibujo en un papel. Así, cualquiera que anhele una mayor satisfacción y desarrollo personal deberá ponerse manos a la obra y actuar.
Si quieres llegar a la cima, recuerda tomarte en serio unas sencillas "reglas de oro" y síguelas hasta alcanzar tu Ikigai:
1. Haz lo que mejor sabes hacer. Concéntrate en el área donde tu talento brilla como un sol, donde eres excelente
2. Mantén tus manos alejadas de todo lo que sólo puedes hacer en segunda clase. De lo contrario, te meterás en una guerra de precios y de altos gastos..
3. Encuentra tu propio nicho de mercado, no hagas lo que todos los demás hacen. Sal de la corriente principal.
4. Valorarse correctamente y que tu alto rendimiento se refleja en su entrega excelente y también en tus precios.
Ya tienes tu plan, tu Ikigai, ahora, piensa en pequeños pasos, Kaizen. No se trata de que tengas que girar tu vida 180 grados inmediatamente. Incluso pequeños pasos pueden acercarte a tu objetivo. Por ejemplo, podrías empezar haciendo una pasantía o un trabajo voluntario si quieres cambiar de carrera.